Personas con bajos niveles de formación pueden verse obligados a realizar trabajos mal remunerados y poco dignos. También aquellos que no encajen con los perfiles que busca nuestro mercado de trabajo.
No todas las personas somos iguales ni nos adecuamos a los perfiles estándar que buscan las empresas. Nuestro sistema educativo obsoleto está diseñado para modelarnos y adecuarnos a estos perfiles. Por eso incluso personas ingeniosas, innovadoras, con altas capacidades fracasan en nuestro sistema educativo y con ellos ven limitadas el acceso a mejores puestos de trabajo.
La mayoría de personas tenemos grandes capacidades que si se desarrollan adecuadamente nos permitirán triunfar en el mundo profesional. Esta es la mejor forma de acabar con trabajos precarios.
Sin embargo hay otras menos inteligentes o con problemas que difícilmente podrán acceder a mejores trabajos y únicamente podrán acceder a trabajos precarios. Se deben aplicar medidas que regulen estos trabajos precarios para que aseguren unos ingresos mínimos y mejoren la dignidad de los trabajadores.